1.5.11

Escenificación de batallas de Marcavalle y Pucará busca emular fiesta del Inti Raymi


Escenificación de las batalla de Marcavalle y Pucará, gesta que marcaría el inicio de la expulsión del ejército chileno de la sierra central. Foto ANDINA/ Ruben Grandez
Lima, jul. 05 (ANDINA). La municipalidad distrital de Pucará y el gobierno regional de Junín coordinan la elaboración de un proyecto que sume esfuerzos entre el sector público y privado para que la escenificación de las batallas de Marcavalle y Pucará tenga similar envergadura y difusión que la ceremonia cusqueña del Inti Raymi o Fiesta del Sol.

La escenificación es considerada como la representación actoral más importante a nivel nacional. En la gesta heroica del 9 de julio de 1882, Andrés Avelino Cáceres, el “Brujo de los Andes”, al lado de sus soldados, venció a los chilenos, expulsándolos del Valle del Mantaro.

Jorge Camborda, alcalde distrital de Pucará, adelantó que ya tienen un proyecto para que la representación tenga “un mayor alcance, envergadura y sostenibilidad”.

“Entendemos que el Inti Raymi se desarrolla de la mano con la empresa privada, y hacia eso queremos llegar, porque sólo de voluntad o con participación de las instituciones públicas este tipo de proyectos no prospera”, dijo.

Agregó que si bien ambos certámenes se desarrollan en distintas épocas de la historia, en este caso las batallas de Marcavalle y Pucará representan una gran gesta heroica de gran importancia porque se vive un patriotismo y fervor cívico.

Consideró, además, que a propósito de este proyecto es que el jueves último se desarrolló en el auditorio de PromPerú la primera conferencia que se desarrolla en la capital de la República entorno a esta actividad.

La escenificación se llevará a cabo en el paraje de Chuo Uclo, en el distrito de Pucará, provincia de Huancayo, el próximo domingo 12 de julio, donde participarán 2 mil 500 actores entre estudiantes, efectivos del Ejército y comuneros del departamento. Se prevé la presencia de unos 20 mil espectadores.

El burgomaestre señaló que un punto a su favor es que Huancayo se encuentra a escasas seis horas de Lima, y el lugar de la escenificación a 20 minutos de la cuidad huanca.

Asimismo –dijo- la provincia de Huancayo y sus ciudades aledañas ofrecen servicios de hoteles, restaurantes y agencias de turismo a precios cómodos.

“Esperamos que el próximo año ya se debe estar aprobando y dando viabilidad a este proyecto, pues se busca un fortalecimiento de capacidades de la gente de la misma zona, a fin de que ellos se sumen a la organización de manera sostenida”, apuntó.

Camborda agregó que la iniciativa responde también a que se quiere fomentar el desarrollo económico entre las jurisdicciones donde se desarrolla la escenificación y promover las potencialidades que tienen como el museo de sitio de Cáceres, donde están los pertrechos tanto de chilenos como de peruanos, la Casa de la Flor Pucarina, las campiñas y los siete manantiales ubicados en el cercado de distrito de Pucará, entre otros.

¿Quién mató a Sánchez Cerro?

Por Antonio Zapata
El 30 de abril de 1933 fue asesinado el presidente Luis M. Sánchez Cerro por el joven trabajador Abelardo Mendoza Leiva. En ese momento, la situación nacional era crítica; el mandatario muerto estaba despidiendo a las tropas que partían a Colombia para un enfrentamiento internacional. Además, el país vivía una cruenta guerra civil; el año anterior había sido el levantamiento aprista de Trujillo, que se saldó por los asesinatos del cuartel O’Donovan y la bárbara represión subsiguiente, en la cual centenares de jóvenes trujillanos fueron fusilados en los muros de Chan Chan. Cuando la guerra exterior y la interna constituían una grave amenaza a la república, cayó asesinado el gobernante, en uno de los pocos magnicidios de la historia nacional.

La escolta presidencial ultimó en el acto a Mendoza Leiva, impidiendo que declare en un juicio. Esa circunstancia sembró la sospecha de complicidad de la guardia o de quien la mandaba. El jefe del ejército era Óscar R. Benavides, quien asumió la presidencia. Por esa razón, algunos malpensados sostuvieron, soto voce, la complicidad de Benavides en el crimen. Se decía que era directo beneficiario del asesinato. Esa hipótesis fue contemplada en aquellos días por la Unión Revolucionaria, que era el partido precisamente de Sánchez Cerro.

Sobre esos tormentosos años, tiempo atrás apareció el libro del sociólogo e historiador Tirso Molinari, que analiza la postura del nuevo líder de la UR, el doctor Luis A. Flores, quien transformó el partido en una organización explícitamente fascista. Como Benavides promovió un gabinete de concordia con el APRA, presidido por Jorge Prado, que llegó a una tregua temporal con el PAP, se redoblaron los ataques de la UR al nuevo gobierno. En medio de esa creciente oposición, reiteradamente hubo veladas sugerencias sobre Benavides como instigador del crimen de Sánchez Cerro. Aunque luego, el mismo Flores negó esas insinuaciones, al defenderse en el Congreso cuando fue apresado y deportado.

Por su parte, Mendoza Leiva era aprista, lo cual abona la hipótesis de un atentado urdido por el APRA, en represalia por los sucesos de Trujillo y la implacable represión que se vivía en el país. De hecho, pocos meses atrás se había producido el intento de asesinato del presidente por un joven militante aprista, José Melgar, en la iglesia de Miraflores. 

Al respecto, la opinión del escritor Guillermo Thorndike en El año de la barbarie es que el APRA estaba lista para atentar contra Sánchez Cerro y que se les adelantó Mendoza Leiva, a quien conocían, pero no saben de dónde salió. Thorndike parece sugerir que hubo varias cartas apristas para atentar contra Sánchez Cerro, una de las cuales habría funcionado. Aunque, el mismo Haya de la Torre en un discurso en la Plaza de Acho negó toda participación del APRA en el magnicidio.

Por su parte, algunos autores, como el mayor Víctor Villanueva, han sostenido que Mendoza Leiva fue parte de una conspiración conjunta del APRA y Benavides. Pero, no han aportado pruebas, solamente conjeturas basadas en especular sobre quién fue favorecido por el crimen.

En todo caso, hubo juicio y la sentencia sólo demoró tres meses. El fiscal desestimó la acusación que involucraba al APRA y planteó que fue un atentado individual, cometido por un fanático. Por su parte, el historiador Jorge Basadre comparte la idea de un crimen organizado por pocas personas sin conexiones con los altos mandos de la política nacional. Esa fue la conclusión tanto del juez como del fiscal. Pero, como parecía difícil de creer, la controversia se impuso y los hechos no están claros. Así, se trata de uno de los mayores misterios políticos del siglo XX.